Capilla de Capitanía (Parroquia Castrense de San Vicente)

 

Capilla de Capitanía (Parroquia Castrense de San Vicente)

Real Convento de Santo Domingo de Valencia

 

Orígenes del edificio

Fundación: 1239, durante el reinado de Jaime I el Conquistador.

Primer uso: Convento cedido a la Orden de Predicadores (Dominicos).

Primera piedra: Colocada por el propio monarca como muestra de apoyo a la orden.

Evolución arquitectónica

Siglos XIII–XIV: Construcción del claustro gótico y el aula capitular, con bóvedas de nervaduras que se apoyan en columnas centrales en forma de palmera.

1431: Levantamiento de la Capilla de los Reyes, una de las estancias más antiguas conservadas.

Siglos XVI–XVIII: Incorporación de elementos barrocos y construcción de la Capilla de San Vicente Ferrer.

Siglo XIX: Transformación en sede de la Capitanía General, con reformas en la fachada principal.

Detalles arquitectónicos destacados

Estilo: Gótico valenciano con añadidos barrocos y neoclásicos.

Claustro: Arquerías elegantes, tracerías ornamentales y blasones nobiliarios.

Aula capitular: Sala cuadrada con bóveda de nervaduras que genera un efecto de amplitud y ligereza.

Portada monumental: Atribuida al reinado de Felipe II, de gran sobriedad y presencia institucional.

Ubicación

En la Plaza de Tetuán, centro histórico de Valencia. Hoy es sede de la Capitanía General y de la III Región Militar.

 Capilla de San Vicente Ferrer, Capitanía

La actual Capilla de San Vicente Ferrer, ubicada en el conjunto de Capitanía, fue construida entre 1772 y 1781, en un periodo en el que se generalizó el uso de la piedra de Vilamarxant en las reformas de numerosos edificios religiosos de la ciudad de Valencia. El diseño se debe al escultor José Puchol, aunque, por razones administrativas, las obras quedaron oficialmente registradas a nombre de Antonio Gilabert.

Su estilo neoclásico se refuerza mediante un uso destacado de mármol policromado, visible en columnas corintias, pilastras y zócalos.

Fuentes documentales mencionan el empleo de “mármoles de distintos colores, procedentes de diversos puntos del antiguo Reino de Valencia”, con especial presencia de canteras locales. Aunque no se detallan variedades comerciales exactas, la policromía y el origen valenciano parecen haber sido decisiones deliberadas para conferir elegancia y prestigio al espacio.

En la Capilla de San Vicente Ferrer, las cuatro columnas se identifican claramente como mármol de la Pedrera del Rei, al igual que el zócalo ornamentado que recorre los muros. Incluso la pila de agua bendita situada en la entrada parece estar tallada en este mismo material.











Comentarios