El mármol de Vilamarxant en el Liceo Valenciano
Introducción
En el corazón de Valencia, el antiguo edificio del Liceo
Valenciano —posteriormente Casino Militar— ha sido testigo de importantes
transformaciones culturales, sociales y arquitectónicas desde su inauguración
en 1838.
Contexto histórico del Liceo Valenciano.
• Fundación
en 1838 en la casa del marqués de la Romana.
• Transformación
en Casino Militar en 1863.
• Relevancia
como espacio de encuentro entre letras y armas, con conferencias, veladas
literarias y actividades culturales.
El Liceo Valenciano: contexto histórico y arquitectónico
Autorizado oficialmente en febrero de 1839, el Liceo se
instaló en locales cedidos por la reina gobernadora María Cristina, acogió tan
favorablemente la petición que se concedió al Liceo aquel local libre de todo
gravamen. “En13 de febrero de 1839 se recibió la real orden que así lo disponía.”.
En un entorno aristocrático y sereno, junto a la calle del Temple.
Desde entonces puede decirse que comenzó la vida social de tan
importante corporación, agrupándose en aquélla la juventud más inteligente de
Valencia.
En 1841, se emprendió una reforma integral del edificio,
incluyendo la construcción de un teatro con capacidad para 500 espectadores. El
arquitecto Joaquín Cabrera dirigió las obras, que incluyeron una claraboya
elíptica, palco presidencial semicircular, bóveda de cascarón, y decoración con
esculturas, pabellones de tisú y trofeos de las artes y las ciencias.
Evidencia del uso del mármol de Vilamarxant.
La prueba más clara del uso del mármol local se encuentra en
el libro El Liceo Valenciano: sus figuras y sus actividades (1962), de
Francisco Almela y Vives, en la página 26, donde se afirma:
“El salón
propiamente dicho —que era capaz para 500 espectadores— estaba pintado con suma
sencillez, ya que solamente se le habían dado unas tintas imitando mármoles
claros, con objeto de no distraer la atención del público. Lo único
sobresaliente era el friso de «piedra de esmeralda» con el zócalo de piedra
de Villamarchante.”
El salón ya no existe, por lo cual el mármol tampoco.
Este zócalo, que recorría la parte inferior de las paredes
del salón principal, estaba elaborado con mármol negro con veteado rojo,
extraído de las canteras de Vilamarxant, testigo mudo de la sociedad
cultural de la época.
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